viernes, 13 de abril de 2012

De comunidades, parejitas y llevarse de manos


1. Comunidades
La forma en que los Legionarios organizaban a los apostólicos era mediante el establecimiento de comunidades.

Cuando llegué formamos 3 comunidades: menores, medianos y mayores. Luego, como había un menor número de apostólicos, las comunidades se quedaron en menores y mayores.
Si esto fuera un simple sistema de organización de los apostólicos no me parecería del todo mal, pero el que te asignaran a una comunidad tenía mucha relevancia.

Te asignaban a una de esas comunidades y ya no podías hablar con los apostólicos de otras comunidades aunque hubieran sido tus amigos íntimos desde hace años y aunque fueran tus propios hermanos. Y si lo hacías te castigaban. ¿Tiene esto algún sentido?


Se justificaban diciendo que quienes pertenecían a las distintas comunidades tenían un grado distinto de madurez y de desarrollo personal, por eso en general, los menores eran de 6º de EGB, los medianos de 7º y los mayores de 8º, aunque las reglas no eran estrictas: sobre todo cuando había sólo comunidad de menores y mayores, podía haber alguien de 6º en la de mayores, aunque no fuera lo habitual.

Vale, ¿pero por qué me castigan tan severamente por hablar con mi hermano o con alguien de mi clase que podía estar en otra comunidad? No lo sé, pero si les preguntas seguro que te dicen que es así porque  es voluntad de Dios.

2. Parejitas

¿Qué son las parejitas?

Como decía, no podíamos hablar con personas que pertenecieran a otras comunidades, pero tampoco podíamos hablar DEMASIADO con personas de nuestra misma comunidad sin que nos tildaran de “parejitas”.

Aquí abro un paréntesis: Para los legionarios una de las formas más graves de insultar a la gente es llamarles niña o mariquita (no empleaban la palabra homosexual). Cuando estábamos en clase de educación física y no podíamos continuar, el P. Villalobos nos decía si éramos niñas o legionarios y luego nos contaba historias del ejército.

Pues bien, para los legionarios, debías mezclarte, no estar siempre con los mismos. Seguramente pensarían que estábamos tramando algo. Hay que ser malpensados. Si es que el ladrón cree que todos son de su condición.

En fin, que si te veían hablando demasiado tiempo con una misma persona te mandaban separarte e ir habar con otros y para dejarte en vergüenza, te decía que estabas haciendo parejitas. Lo mismo cuando íbamos de paseo y algún compañero se chivaba al superior diciendo que durante el paseo el hno. X y el hno. Z estuvieron haciendo “parejitas”.

Al parecer es una palabra  que viene a significar pareja de mariquitas para avergonzarte y alejarte de tus amigos.

Hay que tener huevos porque mira quién ha terminado siendo homosexual después de avergonzar a los demás.
Y entérense curas retrógrados, ser homosexual no es malo, lo que es malo es ser unos homófobos como Uds.

3. Llevarse de manos
Después de hablar de “parejitas”, la expresión “llevarse de manos” hace que nos venga a la mente la imagen de una parejita que se coge de la mano y que va sonriendo con cara de felicidad.

Pero no es ese el caso. Llevarse de manos significaba todo contacto físico, que naturalmente, estaba prohibido.
Naturalmente, cuando algunos entramos en la Legión, muchos tenían  la costumbre de poner la mano en el hombro de algún compañero, de chocar esos cinco (hi 5) etc. Naturalmente también estaba incluido cualquier contacto corporal de tipo agresivo como empujones, etc.

Pues ya está, una lección más del vocabulario legionario y de las estupideces que hacían los legionarios.

1 comentario:

  1. Buenas tardes:

    Las Comunidades... empecé en la de los menores allí por el curso del 86-87 creo recordar que pasé por todas. Como bien dices lo habitual eran mayores y menores. En ocasiones medianos. Yo también sufrí la discriminación de no poder hablar con mi hermano salvo cuando nos llamaban por teléfono que obviamente debíamos ir los dos juntos y el tiempo era el mismo que para el resto. Escaso y siempre con alguna oreja pagada por allí.

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