viernes, 8 de junio de 2012

Las Comidas (II)

1.- Vajillas distintas

En un principio los curas utilizaban la misma vajilla que los apostólicos, (esos platos antiguos traslúcidos asquerosos que todos recordamos). Pero llegó un momento (no sé a partir de qué fecha) que en Ontaneda los padres comenzaron a utilizar vajilla marrón y … lo peor de todo es que también utilizaban una máquina lavaplatos distinta.
Por tanto, a partir de cierto momento, en Ontaneda, apostólicos y curas tenían distinta vajilla, que además lavaban en una máquina lavavajillas distinta. Para no contaminarse, imagino… si es que… manda huevos.

¿Qué hacían en Moncada? No recuerdo, pero imagino que utilizarían la misma vajilla. Lo que hacían en Ontaneda me parece de locos.

2.- Procureros y procura
Son palabras que utilizaban en Ontaneda. Imagino que en México “procura” significa “chuches” y que procurero significa “vendedor de chuches”.

Pues resulta que los padres también vendían chuches a los apostólicos. El momento más claro era los sábados durante el recreo que disfrutábamos en el salón de juegos después del paseo semanal. También había otras ocasiones, como cuando veíamos una película (de nazis, romanos, de Chuck Norris o de Bud Spencer –no había más). Pero no nos emocionemos, que sólo veían películas los miembros de los equipos ganadores y eso ocurría como mucho 3 ó 4 veces al año.
Imagino que los curas también harían negocio con las chuches, no sé. Se lo compraban a unos repartidores que se acercaban a la apostólica con una furgoneta y después los curas se lo vendían a los apostólicos.

Un momento: he dicho “los curas”. Rectifico: quien se lo vendía a los apostólicos eran otros apostólicos que se quedaban sin recreo o sin premio, en su caso, para vender chuches. Si lo vendían a un precio superior al de compra, para que los curas ganaran algo, no lo sé.

Lo que sí que sé es que siempre que  los repartidores venían a la apostólica, el apostólico encargado de comprar las chuches (procurero), tenía que preguntarles si “habían traído algo para los padres”, gratis, se entiende. ¿Os lo imagináis? El apostólico muerto de vergüenza, y los repartidores sin muchas ganas de querer volver. Estas instrucciones directas de preguntar si habían traído algo para los padres se lo escuché decir en vivo al P. Vargas.

3.- Otro comedor
En Ontaneda, justo antes de llegar al comedor, a la izquierda, había un pequeño comedor reservado para que comieran ciertos curas que estaban de visita.

No recuerdo quienes ni en qué ocasiones comían allí, ni siquiera si la comida era distinta. Lo que sí que recuerdo es al P. David Owen sentado allí a la mesa en distintas ocasiones. También al P. William Brock.

4.- Comentarios sobre la comida
En Ontaneda la comida era barata, pero nunca te quedabas con hambre. Bueno, yo me quedaba con hambre en las cenas cuando no tenía paquete. Y me quejé.

En Moncada el hambre era más habitual en mí y también me quejé.
Las respuestas fueron las mismas:

La comida que se ofrece en los centros legionarios es digna y suficiente.

-        ¿Digna? Tan dignos como pueden ser los callos o los hígados de cerdo.

-        Y ¿Suficiente? ¿Para quién? Supongo que una persona de 100 kgs necesitará comer más que otra persona de 50 kgs., vamos, digo yo. Y eso no lo tenían en cuenta los curas cuya norma era “Dos cazos”.

Esto es lo que he recordado por ahora. Si recuerdo más lo escribo.

1 comentario:

  1. Buenas tardes: Yo fui "procurero" en el curso 87-88 y 88-89. Efectivamente nos quedábamos sin película o sin jugar en el salón de Las Columnas, lo bueno que tenía era que debías montarlo antes y desmontarlo después así que podías disfrutar de unos minutos a tu bola.
    Sobre si existían beneficios puedo asegurar que sí, pero los justos para no ocasionar perdidas. Además, los escasos beneficios se gastaban otra vez en mercancía ya que solo se compraba con el dinero que existía en la caja. Entiendo que cuando el chiringuito se cerrara dejó algo de beneficio pero nada sustancial.
    También recuerdo eso de pedir para los "Padres". El señor ya lo tenía asumido así que pasaba por el aro. También recuerdo cuando pedías alguna cosa que no tenía salida, bronca segura y nada de sacar lo que a todos les gustaba hasta que se acabara lo otro.
    Menudas filas se organizaban cuando se pedía parte de los ahorrillos que teníamos, je,je.

    Sobre el comedor que estaba en el pasillo de la Ele, justo entre la heladería y el comedor solían desayunar los "Padres" rezagados o madrugadores. A la hora de la comida también solían comer los profesores civiles.

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